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Científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Louisville en Kentucky han identificado una diana molecular, previamente desconocida, para el cannabidiol (CBD) la cual puede tener significativas implicaciones terapéuticas para la enfermedad de Parkinson (EP).

Un poster de Zhao-Hui Song y Alyssa S. Laun en la reunión de la International Cannabinoid Research Society en Montreal de 2017, revela que el CBD activa un receptor de proteína G llamado “GPR6”, que está muy expresado en la región de los ganglios basales del cerebro. GPR6 es considerado un receptor huérfano porque los investigadores aún no han encontrado el compuesto primario endógeno que se une a este receptor. (1)

Se ha demostrado que el agotamiento de GPR6 causa un incremento de dopamina, un neurotransmisor crítico en el cerebro. Estos hallazgos sugieren que GPR6 podría tener un papel en el tratamiento del Parkinson, una enfermedad crónica neurodegenerativa que implica la pérdida progresiva de las neuronas dopaminérgicas (productoras de dopamina) y consecuentemente la discapacidad del control motor. Al actuar como un “agonista inverso” en el receptor GPR6, el CBD potencia los niveles de dopamina en estudios preclínicos.

La enfermedad de Parkinson afecta a un estimado de 10 millones de personas en todo el mundo, incluyendo un millón de estadounidenses. Es el segundo desorden neurológico más común (luego de la enfermedad de Alzheimer). Cerca del 96 por ciento de quienes son diagnosticados con la enfermedad de Parkinson son mayores de 50 años, con 1,5 mayor probabilidad en los hombres que en las mujeres. La enfermedad de Parkinson no controlada reduce significativamente la calidad de vida del paciente y puede hacer que una persona sea incapaz de cuidarse a sí misma, atrapada en un cuerpo que no puede controlar.

Agotamiento de la dopamina

La enfermedad de Parkinson se asocia principalmente con la función motora comprometida luego de la pérdida de entre el 60% y el 80% de las neuronas que producen dopamina. A medida que las neuronas dopaminérgicas se dañan o mueren y el cerebro es menos capaz de producir cantidades adecuadas de dopamina, los pacientes podrían experimentar alguno o la combinación de estos síntomas motores clásicos de la EP: temblor de manos, brazos, piernas o mandíbula, rigidez muscular o rigidez de las piernas y el tronco, lentitud de movimiento (bradikinesia), y/o impedimentos para el balance y la coordinación (inestabilidad postural).

Los síntomas adicionales incluyen una disminución de las expresiones faciales, demencia o confusión, fatiga, disturbios del sueño, depresión, constipación, cambios cognitivos, miedo, ansiedad y problemas urinarios. La exposición a los pesticidas y el daño traumático del cerebro están relacionados con un incremento del riesgo para EP. Paraquat, un herbicida rociado por la DEA en las operaciones de erradicación de la marihuana en los Estados Unidos y otros países, se parece al tóxico MPTP [methyl-phenyl-tetrahydropyridien], el cual es usado para simular modelos animales de Parkinson para propósitos de investigación.(2)

En el cerebro con EP hay una cantidad desordenada de Cuerpos de Lewy – agregados intracelulares de conjuntos de proteínas de difícil degradación – que causan disfunción y muerte de las neuronas. (3) Este proceso patológico lleva a dificultades de pensamiento, movimiento, ánimo y conducta. La presencia excesiva de Cuerpos de Lewy, unida al deterioro de las neuronas dopaminérgicas, son consideradas como los sellos distintivos del Parkinson. Pero existen cada vez más evidencias que sugieren que estas aberraciones son, de hecho, manifestaciones del avanzado estado de una patología de evolución lenta.

Parece que los síntomas no motores ocurren años antes de que la enfermedad progrese hasta el cerebro, y que la EP es de hecho un desorden multi sistémico y no solo una enfermedad neurológica que se desarrolla durante un largo período de tiempo. De acuerdo con la National Parkinson’s Foundation, los síntomas motores de la EP solo comienzan a manifestarse cuando la mayoría de las células cerebrales que producen dopamina ya están dañadas.

Pacientes a los cuales se les ha diagnosticado EP en un estado inicial tienen mayores posibilidades de ralentizar la progresión de la enfermedad. El enfoque más común para tratar la EP es la toma oral de L-dopa, el precursor químico de la dopamina. Pero en algunos pacientes, el uso a largo plazo de L-Dopa exacerbará los síntomas de la EP. Desafortunadamente, no hay una cura – todavía.

El eje intestino-cerebro

¿Qué causa el Parkinson? Una teoría que está ganando respaldo entre los científicos médicos traza los síntomas tempranos de la EP en el sistema nervioso entérico (los intestinos), la médula (el tronco encefálico) y el bulbo olfatorio en el cerebro, que controla nuestro sentido del olfato. Nuevas investigaciones muestran que la calidad de las bacterias en el intestino – el microbioma – está fuertemente implicada en el progreso de la enfermedad de Parkinson, la severidad de los síntomas y se relaciona con la disfunción mitocondrial.

Definido como “la colección de todos los micro organismos que viven en asociación con el cuerpo humano”, el microbioma consiste en “una variedad de microorganismos incluyendo eucariotas, archaea, bacterias y virus”. Las bacterias, las buenas y las malas, influencian el ánimo, el tránsito intestinal y la salud del cerebro. Hay una conexión muy fuerte entre el microbioma y el sistema endocannabinoide: La microbiota intestinal modula el tono endocannabinoide y la señalización endocannabinoide actúa como mediador de la comunicación entre el sistema nervioso central y el sistema nervioso entérico, que comprende el eje intestinos-cerebro.

Visto como “el segundo cerebro”, el sistema nervioso entérico consiste en una red de neuronas en forma de tejido que cubre las paredes del tracto digestivo – desde la boca hasta el ano y todo lo que está en medio. El sistema nervioso entérico genera neurotransmisores y nutrientes, envía señales al cerebro y regula la actividad gastrointestinal. También ocupa un papel importante en la inflamación.

La mezcla de microorganismos que habitan en los intestinos y la integridad de las paredes intestinales son fundamentales para la salud general y la capacidad del eje intestino-cerebro para funcionar apropiadamente. Si las paredes intestinales son débiles o poco saludables, se hacen más permeables y permiten que entren cosas en el torrente sanguíneo que no deberían estar ahí, impactando negativamente el sistema inmune. A esto se le conoce como “intestino permeable”. Si se adiciona el crecimiento excesivo de bacterias dañinas y la escasez de bacterias benéficas se obtiene la receta para un desastre en la salud.

La importancia de las bacterias benéficas en el intestino y de un microbioma bien balanceado no puede ser exagerada. El crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, por ejemplo, ha sido asociado con el empeoramiento de la función motora en EP. En un artículo de 2017 en el European Journal of Pharmacology, titulado “The gut-brain axis in Parkinson´s disease: Possibilities for food-based therapies” (El eje intestino-cerebro en la enfermedad de Parkinson: Posibilidades de terapias basadas en alimentos), Peres-Pardo y colaboradores examinan la interacción entre la disbiosis y el Parkinson. Los autores notan que la “patogénesis de EP podría ser causada o exacerbada por respuestas inflamatorias inducidas por microbiota disbiotica … en el intestino y el cerebro”.(4)

Mitocondria, microbiota y marihuana

El microbioma también desempeña un papel importante en la salud de nuestras mitocondrias, que están presentes en cada célula del cerebro y el cuerpo (excepto en los glóbulos rojos). La función de la mitocondria no es sólo generar energía en la célula, también está involucrada en la regulación de la reparación y muerte celular. La disfunción de la mitocondria, que da como resultado altos niveles de estrés oxidativo, es intrínseca a la neurodegeneración de la EP. Los microbios producen químicos inflamatorios en el intestino que se filtran en el torrente sanguíneo y dañan las mitocondrias, contribuyendo a la patogénesis de la enfermedad no solo en EP sino también en muchos otros desórdenes neurológicos y metabólicos, incluyendo obesidad, diabetes tipo-2 y Alzheimer.

La evidencia de que la disbiosis intestinal puede promover el desarrollo de EP incrementa la posibilidad de que aquellos con la enfermedad puedan beneficiarse al manipular sus bacterias intestinales y mejorar su microbioma. Mejorar nuestra dieta con alimentos fermentados y suplementos probióticos podría mejorar la salud intestinal y aliviar la constipación, mientras reduce la ansiedad, la depresión y los problemas de memoria que afectan a los pacientes de EP.

La terapéutica con Cannabis también podría ayudar a administrar los síntomas de EP y desacelerar el progreso de la enfermedad. El aclamado neurólogo Sir William Gowers fue el primero en mencionar Cannabis para el tratamiento de temblores en 1888. En su Manual of Diseases of the Nervous System (Manual de Enfermedades del Sistema Nervioso), Gowers notó que el consumo oral de un extracto de “cáñamo de India” calmaba los temblores temporalmente, y luego de un año de uso crónico los temblores del paciente casi habían cesado.

La investigación científica moderna apoya la noción de que el Cannabis puede ser benéfico para reducir la inflamación y aliviar los síntomas de EP, así como mitigar la progresión de la enfermedad hasta cierto grado. Ensayos preclínicos financiados con fondos federales, han documentado las robustas propiedades antioxidantes y neuroprotectoras del CBD y el THC con “aplicación particular… en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, tales como la enfermedad de Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y la demencia por VIH”. Estos hallazgos, publicados en 1998, formaron las bases de una patente del gobierno de Estados Unidos sobre cannabinoides como antioxidantes y neuroprotectores.

Hierba para el Parkinson

A pesar de que los estudios clínicos que se enfocan específicamente en el uso de los cannabinoides de la planta para tratar EP son limitados (debido a la prohibición de la marihuana) y transmiten resultados conflictivos, también proporcionan perspectivas acerca de cómo el Cannabis puede ayudar a aquellos con Parkinson. El Cannabidiol, el THC, y especialmente el THCV han mostrado suficiente potencial terapéutico para EP en estudios preclínicos como para garantizar investigaciones posteriores. Investigación adicional podría arrojar luces acerca de cuáles cannabinoides de la planta, o cuál combinación de ellos, es la más apropiada para las diferentes etapas del Parkinson.

Reportes anecdóticos de pacientes de EP que usaron preparaciones de Cannabis artesanal indicaron que los ácidos cannabinoides (presentes en los productos no calentados de planta completa de Cannabis) pueden reducir los temblores de EP y otros síntomas motores. Los ácidos cannabinoides crudos (tales como el CBDA y el THCA) son los precursores químicos de los cannabinoides neutros, “activados” (CBD, THC). Los ácidos cannabinoides se convierten en cannabinoides neutros a través de un proceso llamado descarboxilación, en el que pierden su grupo carboxilo a través del envejecimiento o el calentamiento. Muy poca investigación se ha enfocado en los ácidos cannabinoides, pero la evidencia hallada hasta ahora confirma que tienen poderosos atributos terapéuticos, incluyendo propiedades anti inflamatorias, anti nausea, anti cáncer y anti convulsivas. En una encuesta de 2004 sobre el uso de Cannabis entre pacientes en el Prague Movement Disorder Centre, en República Checa, el 45% de quienes respondieron reportaron mejoras en los síntomas motores de EP.

Los médicos que prescriben Cannabis están encontrando que los regímenes de dosificación de marihuana medicinal para pacientes con EP no responden al enfoque de “una talla sirve para todos”. En su libro Cannabis Revealed (2016), la Dra. Bonni Goldstein discute qué tan variada puede ser la respuesta de los pacientes de EP al Cannabis y la terapéutica del Cannabis:

“Una cantidad de mis pacientes con EP han reportado los beneficios de usar diferentes métodos de administración y diferentes perfiles cannabinoides. Algunos pacientes han encontrado alivio a los temblores con THC inhalado y otros no. Algunos pocos pacientes encuentran alivio con altas dosis de Cannabis rico en CBD tomado sublingualmente. Algunos pacientes están usando una combinación de CBD y THC… Ensayo y error son necesarios para encontrar cuál perfil cannabinoide y método funcionarán mejor. Iniciar con una dosis baja y evaluar para aumentarla es lo que se recomienda, particularmente con el Cannabis rico en THC. Desafortunadamente, variedades ricas en THCV no están disponibles todavía”.

Juan Sanchez-Ramos Doctor en Medicina, PhD, líder en el campo de los desórdenes de movimiento y Director Médico de la Parkinson Research Foundation, dijo a Project CBD que él anima a sus pacientes a iniciar con un producto de radio 1:1 THC:CBD si pueden conseguirlo. En un capítulo en “Cannabinoids for the Treatment of Movement Disorders”, él y la coautora Briony Catlow, PhD, describen el protocolo de dosificación usado por varios estudios que proporciona resultados estadísticos positivos y una línea base de dosificación para EP. Estos datos fueron incluidos en un sumario de regímenes de dosificación de varios estudios compilados por el Dr. Ethan Russo:

  • 300 mg/día de CBD mejoran significativamente la calidad de vida pero no tienen efectos positivos en la escala unificada de la enfermedad de Parkinson (Lotan I, 2014)
  • 0,5 g. de Cannabis fumado resultaron en una mejora significativa de los temblores y la bradiquinesia así como en el sueño. (Venderová K, 2004)
  • 150 mg. de aceite de CBD titulados durante 4 semanas resultaron en una disminución de los síntomas psicóticos. (Chagas MH, 2014)
  • Entre 75-300 mg. de CBD oral mejoraron los desórdenes de sueño en fase REM. (Zuardi AW, 2009)

El umbral de dosificación

Por supuesto, cada paciente es diferente, y la terapéutica del Cannabis es medicina personalizada. En general, una combinación terapéutica óptima incluirá una mezcla sinérgica de cantidades variables de THC y CBD – Sin embargo los pacientes de EP con disturbios del sueño podrían beneficiarse de un radio de THC más alto en las noches.

El Dr. Russo ofrece consejos convincentes para los pacientes con EP y otras condiciones crónicas que están considerando terapéutica con Cannabis. “En general”, sugiere Russo, “2,5 mg de THC son un umbral de dosis para la mayoría de pacientes sin previa tolerancia a sus efectos, mientras que 5 mg. es una dosis que podría ser efectiva clínicamente en una administración única y es generalmente aceptable, y 10 mg. es una dosis prominente, que puede ser muy alta para el incauto e incluso para algunos sujetos experimentados. Estas figuras pueden ser revisadas ligeramente al alza si la preparación tiene un contenido significativo de CBD … Siempre es aconsejable empezar con una dosis baja e irla aumentando lentamente”.

Para información acerca de suplementos nutricionales para ayudar a manejar la EP, visite la página web de Life Extension Foundation sobre el Parkinson’s page.

Modificaciones en el estilo de vida para los pacientes de EP

Es importante tratar al paciente como un todo – mente, cuerpo y alma. Las siguientes son unas pequeñas modificaciones en el estilo de vida que podrían proporcionar alivio a los síntomas de EP y mejorar la calidad de vida.

  • Haga ejercicio cardio aeróbico: Esto beneficia al cuerpo de muchas maneras, incluyendo la estimulación en la producción de endocannabinoides propios, incrementando el oxígeno en el torrente sanguíneo, mitigando el impacto negativo del estrés oxidativo y potenciando la producción de BDNF (Brain Derived Neurotrophic Factor, en español: FNDC, Factor Neurotrópico Derivado del Cerebro), un químico cerebro-protector encontrado en baja cantidad en los pacientes de EP.
  • Coma más frutas y vegetales: El viejo dicho “Basura entra, basura sale” es muy cierto. La mayoría de pacientes de EP sufre de constipación crónica. Una dieta alta en fibra puede ayudar a mejorar el tránsito intestinal y a facilitar las evacuaciones diarias.
  • Tenga un sueño reparador: No tener un sueño reparador es un factor principal en la función inmune, la cognición y la calidad de vida del individuo. La importancia del adecuado sueño reparador no puede ser exagerada.
  • Reduzca la ingesta de proteínas:  Esto puede ayudarlo a reducir la acumulación de cuerpos proteicos que resultan en los Cuerpos de Lewy que aparecen en el sistema nervioso entérico y en el sistema nervioso central e incrementan el consumo de L-dopa.
  • Practique meditación, yoga o tai chi: Enfocarse en la integración del movimiento y la respiración no solo mejora la movilidad sino que también mejora la cognición e inmunidad. Un estudio demuestra un incremento en la densidad de la materia gris en las áreas del cerebro asociadas con EP. Otro estudio muestra que el yoga mejora el balance, la flexibilidad, la postura y el andar en los pacientes de EP. La investigación muestra que el tai chi puede mejorar el balance, el andar, la movilidad funcional y el bienestar general. 
  • Consuma alimentos y suplementos con probióticos: Los alimentos con probióticos – ajo crudo, cebolla cruda, bananas, brotes de espárragos, batatas, chucrut, etc. – son una excelente fuente para las bacterias benéficas de su intestino grueso. Suplementar su dieta con suplementos probióticos, especialmente luego de haber tomado antibióticos, puede apoyar el sistema inmune al ayudar a repoblar el tracto digestivo superior con bacterias benéficas. Consulte a su doctor para que le recomiende probióticos de calidad.
  • Beba café: El riesgo de EP es considerablemente menor para hombres que consumen café a diario.

Nishi Whiteley, investigadora asociada a Project CBD y escritora colaboradora, es la autora de Chronic Relief: A Guide to Cannabis for the Terminally and Chronically Ill (2016). Agradecimientos especiales a Juan Sanchez-Ramos por revisar este artículo, al Dr. En Medicina Ethan B. Russo, por proporcionar un resumen de la investigación sobre Parkinson para incluir en este artículo y a Adrian Devitt-Lee por su apoyo en la investigación. Derechos reservados, Project CBD. No debe ser reimpreso sin autorización.


Fuentes

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