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Charlie Wedemeyer fue uno de los mejores deportistas de Hawái cuando asistía a la escuela Punahou School durante la década de 1960. Fue uno de los mariscales de campo del equipo de fútbol, aunque también se distinguió en básquetbol y béisbol. Charlie fue nombrado el Deportista de preparatoria de Hawái de la década de 1960 y jugó al fútbol para el estado de Michigan.

En 1978, Charlie fue el entrenador de la escuela secundaria Los Gatos High School en California, donde fue diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Al igual que muchos deportistas que lo precedieron, incluido al excelente Lou Gehrig, Charlie Wedemeyer se toparía con una pelea contra la ELA que no podría ganar.

¿Qué es ELA?

La ELA (también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig) es una enfermedad de la motoneurona que afecta aproximadamente a 30.000 estadounidenses.  La ELA causa la degeneración de los nervios que controlan el movimiento voluntario de los músculos, como aquellos que nos permiten masticar, hablar y caminar. Cuando los nervios mueren, dejan de enviar mensajes a los músculos, lo que causa debilitamiento gradual, espasmos musculares y adelgazamiento.

Los pacientes con ELA se debilitan, aunque permanecen bastante consientes. Están completamente informados sobre su discapacidad progresiva. Eventualmente, el cerebro ya no podrá iniciar ni controlar movimientos voluntarios. Con frecuencia, la muerte ocurre debido a la existencia de fallas respiratorias, que suceden cuando los nervios que controlan la respiración ya no son capaces funcionar.

Desconocemos las causas de la ALS. Es una mutación genética que afecta entre 5 y 10 por ciento de los pacientes. Sin embargo, la mayoría de los casos son esporádicos sin factores de riesgos claros o antecedentes familiares de la enfermedad. Los deportistas y aquellas personas que formaron parte de las fuerzas armadas tienen mayor riesgo de padecer ALS, aunque no hemos podido hallar una conexión causal clara para sostener esta observación. El Departamento de Asuntos de los Veteranos de los Estados Unidos reconoce a la ALS como una enfermedad relacionada con las Fuerzas Armadas.

Tratamiento concencional para ELA

No se conocen curas para la ELA. Existen medicamentos recetados aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) que tratan la enfermedad, ya que reducen el daño de los nervios o disminuyen el deterioro de la función. Estos fármacos pueden prolongar la vida, aunque no detienen la enfermedad.

Se utilizan otros medicamentos recetados para tratar los síntomas de la ELA. Algunos síntomas comunes son los calambres musculares, la rigidez y el babeo, como también los incontrolables y molestos episodios de risa o llanto ocasionados por la destrucción del tejido cerebral. Además, el dolor, la depresión, los problemas de sueño y el estreñimiento se pueden controlar con medicamentos; algunos son más efectivos que otros.

Cannabinoides: Antioxidantes y neuroprotectores

El daño causado en los nervios debido a la ELA ocurre a causa de dos factores importantes: estrés oxidativo y excitotoxicidad. El cannabis se muestra como una ayuda para controlar parte del daño a los nervios, ya que se demostró que aborda ambos factores de manera general, aunque aún no se llevaron a cabo estudios específicos sobre la ELA y el cannabis.

El estrés oxidativo sucede cuando existe desequilibrio entre los radicales libres y los antioxidantes dentro del cuerpo. Cuando la producción de antioxidantes no puede continuar con la producción de radicales libres, no somos capaces de eliminar los efectos dañinos de los radicales libres presentes en el cuerpo. Se conoce al cannabis como un antioxidante que ayuda a disminuir el daño que los radicales libres pueden provocar al tejido nervioso.[1]

La excitotoxicidad destruye el tejido nervioso que ya se encuentra comprometido. Cuando el tejido nervioso está lesionado, se libera el ácido glutámico en cantidades excesivas y no controladas. Este exceso ocasiona la muerte de las células, un proceso destructivo denominado excitotoxicidad. El cannabidiol (CBD) y tetrahidrocannabinol (THC) disminuyen la liberación de glutamato, por lo que evitan la excitotoxicidad y muerte celular de las neuronas.

El daño causado en los nervios debido a la ELA ocurre a causa de dos factores importantes: estrés oxidativo y excitotoxicidad. Se demostró que el cannabis ayuda en ambos casos.

La prueba está en las patentes

Se reconoce a estas cualidades del cannabinoide como terapéuticas. En 1999, el gobierno estadounidense presentó la patente federal n.º US 6630507 B1 que identifica, específicamente, a los cannabinoides como antioxidantes y neuroprotectores:

“Se descubrió que los cannabinoides tienen aplicaciones particulares como neuroprotectores, por ejemplo, para limitar el daño neurológico ocasionado por infartos isquémicos, tales como derrames cerebrales y traumatismos, o en el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas”.[2]

Teniendo en cuenta los efectos neuroprotectores de los cannabinoides y los efectos antiespasmódicos de los cannabinoides en pacientes con esclerosis múltiple, solo tiene sentido considerar su uso en la ELA. El trabajo preclínico y algunos informes de pacientes son prometedores.

¿Qué investigación hay existe?

En 2004, Raman y colaboradores publicaron un estudio que demostró que el THC retrasa la progresión de la ELA en ratones.[3] En base a esta información y a otros datos de investigación, Carter y colaboradores publicaron una revisión en 2010 en la que se determinó la necesidad de llevar a cabo estudios clínicos.

“La información preclínica indica que el cannabis posee potentes efectos antioxidantes, antiinflamatorios y neuroprotectores. Además, el cannabis posee propiedades que son útiles para controlar los síntomas de la ELA, que incluyen la analgesia, la relajación muscular, la broncodilatación, la reducción de saliva, el estímulo del apetito y la inducción del sueño. Con respecto al tratamiento para la ELA, tanto desde el punto de vista de la modificación de la enfermedad y como desde el punto de vista del control de síntomas, los ensayos clínicos con cannabis son el siguiente paso lógico. En base a la información científica actualmente disponible, es razonable pensar que el cannabis puede disminuir, de manera significativa, la progresión de la ELA, ya que extiende la expectativa de vida y reduce la carga de la enfermedad de manera sustancial”.[4]

Cómo controlar la ELA con cannabis

Se consideran al THC y CBD como los fitocannabinoides más útiles para los pacientes que padecen ELA. Cada comentario clínico que proporcionen los pacientes que padecen ELA sobre el uso y la efectividad del cannabinoide fomentará la realización de más investigaciones y la publicación de estudios clínicos bien diseñados.


La Dra. Stacey Kerr es una profesora, médica y escritora que vive y trabaja en el Norte de California. La Dra. Kerr trabajaba en la práctica privada hasta que decidió escribir y educar a tiempo completo. Después de muchos años de trabajar con la Sociedad de Médicos de Cannabis y de codesarrollar el primer curso completo en línea sobre la medicina del cannabinoide, ahora trabaja como directora médica para Hawaiian Ethos. Este artículo fue publicado originalmente por Hawaiian Ethos.


Fuentes

  1. https://www.google.com/patents/US6630507
  2. Raman y colaboradores. 2004. Amyotrophic lateral sclerosis: delayed disease progression in mice by treatment with a cannabinoid. Amyotrophic Lateral Sclerosis & Other Motor Neuron Disorders 5: 33‐39.
  3. Carter y colaboradores. 2010. Cannabis and amyotrophic lateral sclerosis: hypothetical and practical applications, and a call for clinical trials. American Journal of Hospice & Palliative Medicine 27: 347‐356.  doi: 10.1177/1049909110369531

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